lunes, 28 de marzo de 2016

Querida fortuna


A día de hoy no te pienso como antes,
solo ahogo tus falsos te quiero en botellas rotas
y guardo tus cálidos abrazos  en la funda de mi almohada.

Rompiendo los esquemas que impusiste,
tus "todo saldrá bien" sin pensarlo,
sin venir a comprobar si al menos algo iba, aunque fuera mal.

Ahora comprendo por qué no me entendías;
te daba igual verme, sentirme, saber de mí;
te daba y te da igual porque no importo, no solo a ti, a nadie.

Quizá te añoro, añoraba al menos
cuando fingía casi a la fuerza que estaba bien,
cuando sentía caer la luna directa a mí tras el cristal de tu ventana.

Exgerada, inconsciente, loca, insensata,
traducía mi mente de tus palabras,
y aunque luchaba por darle menos importancia, yo me desvanecía.

No hay comentarios: