Me he cruzado tu mirada varias veces
en personas que decían ser decentes.
He juzgado sin saber y he acertado
que cual juego controlabas sus zapatos.
Tú, un tsunami que se acercaba a mí susurrando
que esperara tranquilita sus largos brazos,
y un huracán que me gritaba ¡QUIETA!
Mientras el viento me quitaba la chaqueta.
Poseiste mis botas cuando quería irme
Y en tu lucha te mantuviste firme
No pensaba en nada, me dejaste muda
suplicando el fin de esa tortura
Me negaron la existencia de esta historia
Obligándome a aceptar una derrota
que dejó mi esencia totalmente moribunda
Incitándome a decirle adiós a este mundo.
Ya no siento culpa ni tristeza
Aunque la herida desde luego aun está abierta
He jurado al mundo la mejor venganza
Para las mujeres que Natura las maltrata
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